8 conceptos básicos relacionados con el Certificado Energético

Coeficiente de transmisión superficial de los muros (U):

Caracteriza el flujo de calor que atraviesa una superficie unitaria de 1m2 de pared para una diferencia de temperatura de un grado Kelvin. Cuanto menor es el coeficiente, menores son las pérdidas térmicas y mayor es la temperatura superficial de la pared, lo que aumenta el confort.

Unidades: W/m2 *Kelvin.

Consumo de energí­a por unidad de superficie:

Indica las necesidades de energí­a durante un año de un edificio. Está limitada por las normativas y marca la eficiencia de la edificación. A menor consumo, mayor eficiencia del edificio.

Unidades: Kwh/m2 *año.

Rendimiento térmico (η):

El rendimiento térmico o eficiencia de una máquina térmica es una magnitud de proceso y adimensional, definida como el cociente de la energía que deseamos obtener de dicha máquina y la energía que se debe transferir para su funcionamiento.

η = Edeseada / Enecesaria

Irradiación solar:

Potencia radiante incidente por unidad de superficie sobre un plano dado. Se expresa en kW/m2.

Masa térmica:

Capacidad de un material para retener calor.

Recinto habitable:

Recinto interior destinado al uso de personas cuya densidad de ocupación y tiempo de estancia exigen unas condiciones acústicas, térmicas y de salubridad adecuadas.

Severidad climática:

Es el cociente entre la demanda energética de un edificio cualquiera en una localidad y la correspondiente al mismo edificio en una localidad de referencia. En el CTE (Código Técnico de Edificación) se toma Madrid como localidad de referencia, y por tanto, su severidad climática es la unidad. Se define una severidad climática para invierno y para verano.

Zona climática:

Definidas en función de las severidades climáticas de invierno (A, B, C, D, E) y verano (1, 2, 3, 4). El CTE para el territorio español (Pení­nsula y Baleares) diferencia 12 zonas climáticas.

Diferencia entre ahorro de energí­a y eficiencia energética

Tanto el ahorro energético como la eficiencia energética se basan en efectuar un gasto de energí­a menor del habitual, pero conservando un mismo nivel de confort similar. Eso si, el modo de reducir ese gasto de energía es muy diferente en ambos casos.

El concepto de ahorro energético hace referencia a un cambio en los hábitos de consumo de la energí­a que consumimos en la vivienda.

¿Cómo se puede ahorrar energí­a cambiando nuestros hábitos de consumo?

Eligiendo una temperatura adecuada en el interior de la vivienda. Una temperatura aconsejable se situarí­a entre 19º y 21º por el dí­a y entre 15º y 17º por la noche. Cada grado aumenta el consumo en un 7%.

– Manteniendo las ventanas cerradas cuando la calefacción esté encendida y llevando ropa adecuada a la temperatura elegida.

No cubriendo los radiadores.

Apagando los aparatos electrónicos totalmente cuando se dejan de utilizar.

Empleando agua caliente solo cuando se es necesario.

El concepto de eficiencia energética, en cambio, hace referencia a una demanda de energí­a menor tanto de la vivienda como de las instalaciones del inmueble sin que ello suponga un cambio en los hábitos de consumo del usuario.

¿Cómo se puede conseguir una vivienda energéticamente más eficiente?

Construyendo edificios con demandas de energía muy bajas; el objetivo se basa en alcanzar un gran nivel de confort térmico, teniendo en cuenta la climatologí­a y las condiciones del entorno, así como el diseño y las soluciones constructivas empleadas en la edificación.

Eligiendo electrodomésticos de clase A, más eficientes; éstos pueden llegar a consumir un 55% menos de energí­a que otro electrodoméstico menos eficiente.

– Utilizando bombillas de bajo consumo; la iluminación eléctrica de una vivienda puede suponer alrededor del 20% del consumo doméstico.